Skip to main content

Cursa de Can Mercader (Cornellà)

Hace un par de semanas me tiré a la piscina cuando Iñaki me preguntó qué tiempo quería hacer en Cornellá y respondí «sub48». Él conocía el recorrido, no tenía especial interés en hacer marca y quedamos que me haría de liebre.

Después de la Cursa de Nou Barris se presentó un entrenador personal con un plan bastante exigente: Manel.

  • Lunes: Descanso
  • Martes: 6 series de 1km a 4:30 (o casi)
  • Miércoles: aquarunning, con Xavi V y cuatro gatos más, sólo nos faltó el tubo de snorkel (esta sesión Manel no la tenía controlada, quizá pensara que me quedaba alguna neurona y habría descansado en casa… pues no)
  • Jueves: 7 series de 1km a 4:30 (o casi). Me cruzo con Joan y apenas lo saludo porque estoy en mi última serie. Me siento bastante maleducada.
  • Viernes: los cuádriceps están cargaditos y las series «largas» bajan de 7 a 6, otra vez a 4:30 (o casi). Iñaki envía foto de la pulsera (sedentaria, por supuesto) con los tiempos de paso para el domingo. No es la intención, pero no contribuye a relajar los nervios. Haré lo que pueda.
  • Sábado: descanso
  • Domingo: llego sin novedad al punto de encuentro y un rato antes de la hora convenida. Aprovecho para ir rápido a los lavabos del colegio. Al poco de salir veo a Salvador y el coche de Iñaki. Ha venido con la familia y Manel.

Tipica foto de grupo de sedentaris

Calentamos un poquito y nos situamos en medio del mogollón a esperar el disparo de salida. Empieza a hacer calor y me arrepiento de la camiseta que llevo puesta, de manga corta. Con 15 minutos de retraso nos ponemos en marcha, primero a trompicones, hay incluso algún accidentado en el suelo tras la segunda curva, pero después de unos 400-500 metros ya corremos normalmente sin necesidad de zigzaguear.

Salida bien escoltada

Me alegro de que haya venido Manel, y le agradezco el madrugón. Me alegro por mí y por Iñaki; yo no voy a abrir la boca durante los 10km y se podría aburrir soberanamente. Van comentando un par de cosas y haciendo broma. Yo no puedo reirme porque voy justita. Iñaki va señalando todos los baches del camino, para que no tropiece; no sabe que ya los veo. Me hace gracia. Aunque sabiendo lo patosa que puedo llegar a ser, solo faltaría que no mostrara uno para que me diera de bruces.

Para los que no lo conozcan, el recorrido es plano, bien; transcurre en buena parte por un polígono, que los he visto peores, y tiene marcados los cinco puntos kilométricos de dos vueltas iguales bien a la vista. Que nadie espere animación masiva.

Salvador en el km 3 (fotos CarlesCat)

No tengo que preocuparme de nada, solo de no perder a las liebres, que van fenomenal. Iñaki ya me ha dicho que cogerá él el agua. Y así es… aunque cuando ven que ya lleva una botella dudan en darle otra, ¡menudo apuro!. Abre y vacía un poco una de ellas y me la tiende: ¡eso sí que es buen servicio!
Al iniciar la segunda vuelta, en la plaza, están las animadoras. La peque grita «¡Manel!», lo cual indigna al padre del angelito. Eli saca alguna foto, ¿o ha sido en la primera vuelta?

Cuando pasamos por el 7.5 km una mujer ha cogido el relevo de la manguera y esta vez sí paso bajo la fina cortina de agua. Ya hemos pasado 8 kms y no he consultado la muñeca… Regularmente Iñaki ha ido dando calma e informando del colchón de segundos respecto a los tiempos de paso marcados.

Afrontamos el último kilómetro. Manel quiere apretar, Iñaki está a lo que yo diga, y yo mutis. Me gustaría poder decir que sí, que apretamos, pero mil metros son muchos metros, y teniendo el sub48 prácticamente asegurado, no quiero arriesgar. Finalmente articulo unas palabras para transmitir este pensamiento. Poco a poco alegramos el paso, el espontáneo EP anima «alegre, alegre», «sub47», a lo que sólo puedo responder un escueto «boig!». Encaramos últimos metros. Salvador nos espera, ¿hacía 5.000? Vamos los cuatro, último sprint. Alfombra roja. Paramos crono. 47:14. No me lo puedo creer. Estoy contenta. El subidón me dura tres días. Ahora hay que consolidar.

Parando el crono en meta

Reponemos líquidos, lípidos y glúcidos, cada uno en la proporción que le pide el cuerpo. Carrera relativamente humilde, con buena organización y visible esfuerzo de los voluntarios.

Gracias a todos por vuestro apoyo, y especialmente a mis liebres.

Reyes
El equipo de sedentarios