Skip to main content

Cursa de Nou Barris

Cursa Popular de Nou Barris, 10kms by Anna Busquets
‘De qué hablo cuando hablo de correr’

Domingo, 15 de mayo de 2011

6:59 am. Un WhatsApp me despierta. Bendito WhatsApp. Manel, ya está de camino. Yo, todavía en la cama. A las 7:45h hemos quedado en el punto de encuentro con los otros sedentarios. Esta vez mi rutina previa a las cursas –ducha, acicalamiento y desayuno- ha sido, necesariamente, exprés. Cojo el coche. Pongo música. Es mi momento. No tengo ninguna duda de los objetivos de hoy. El primero, conseguir una marca que me permita seguir en mi sub-52. El segundo, lograr una buena clasificación en los Jocs Interempreses –olimpiada empresarial solidaria integrada en esta Cursa de Nou Barris. Y, ‘last but not least’, seguir a ‘mi liebre’, Iñaki, para conseguir así los dos objetivos anteriores.

Llego al punto de encuentro. Tras localizar a Manel y saludar a un buen amigo –Sami-, nos reunimos con Iñaki. Siempre previsor, ha llegado muchísimo antes y ya dispone de nuestros dorsales, sinónimo de no tener que hacer la larga cola que se ha formado para recogerlos. En esta ocasión, hay sedentarias inscritas en la caminata popular también de Nou Barris –Eli, Martina, Esmeralda y Esther– aunque finalmente no participaron por la falta de organizacion e información que habia sobre este evento.

La salida de la cursa está situada a pocos metros del bello y antiguo edificio de la sede del distrito de Nou Barris. El lugar evoca algo especial, entrañable. Se respira tranquilidad, nada que ver con la Barcelona en ebullición constante y a menudo agobiante. No me importaría pasar la mañana aquí, sentada en uno de los bancos, leyendo la prensa, un buen libro o simplemente, en buena compañía. Pero no. No es el momento. Como en la vida, todo tiene su momento y hoy, tocaba correr.


Con Manel, Iñaki y Xavi hacemos la previa: sesión fotográfica y un breve, brevísimo, calentamiento. Iñaki me ha preparado una previsión de ritmo para cada kilómetro de la carrera. El año pasado él ya la corrió y, como en todo, la experiencia es un grado. Me explica el recorrido y me da los primeros consejos. Los tres kilómetros iniciales son de bajada. Tocará apretar. Los siguientes combinan subida y bajada hasta llegar a la parte final, donde un nuevo tramo –de al menos un kilómetro de subida tendida- precede al último kilómetro ya plano. Me quedo algo intranquila. Nunca he corrido una cursa con un tramo tan largo en subida. No sé si seré capaz de seguirle.


En la salida comparto lugar con Manel, Xavi e Iñaki. Es nuevo para mí. En los momentos previos me gusta observar a los corredores que me rodean. Observo gestos, miradas, rituales. Hoy hago lo mismo. Manel, mirada concentrada, expectante y algo preocupada. Se queja de la zona de su tobillo. Le inquieta si podrá terminar o deberá abandonar. Le digo que no fuerce. No sé si me escucha. Lo entiendo. Son esas situaciones en las que te fastidia no estar a tope. Iñaki, mirada relajada y segura. Sabe que hoy, como liebre, deberá correr muy por debajo de sus posibilidades y ello le confiere una relativa tranquilidad. Xavi, mirada serena. No está muy en forma y no busca marca. Su voluntad, acabar lo mejor que pueda.

Pasadas las nueve, empezamos a correr. Salimos a un ritmo fuerte. Iñaki me indica que es bajada. Debemos aprovecharlo. A los pocos metros, Manel se avanza entre los corredores destacados y antes de finalizar el primer kilómetro, lo perdemos de vista. Yo sigo con Iñaki. De momento, voy bien. En el kilómetro tres, un breve tramo de subida es el preludio de la cuesta del siguiente kilómetro, más pronunciada y también más extensa. Hace calor y viento. Mis fuerzas flaquean por un momento. Iñaki lo nota. Me da ánimos y se sitúa delante de mí. En las subidas, me deja marcar el ritmo. Voy bien. Nos cruzamos con Manel. Ánimos mutuos en forma de ‘give me five’.
Pasamos el ecuador de la cursa. Síntomas de un flato incipiente. Respiro profundamente. Logro controlarlo. Menos mal. Necesito llegar al avituallamiento. Conseguir ese respiro real y mental tras refrescarme.

Enfilamos el último tramo, en subida casi un kilómetro. De nuevo, nos cruzamos con Manel. Le queda sólo el tramo final. Iñaki le anima al grito de “Manu”. Él, esboza una sonrisa. También me anima a mí. Me gusta recibir los ánimos. Ojalá en cada cursa fuera igual. Me sabe mal, soy incapaz de hablar, no sólo porque voy con mi música sino porque necesito reservar todas mis fuerzas. Sólo puedo sonreír.

Kilómetro 7. Mi ‘muro’ particular. Me gusta el 7. Lo elijo siempre que puedo. En cambio, en las cursas, me fastidia horrores. ¿Falta de fuerza física? ¿Falta de fuerza mental? Hoy, un poco de ambas. Sin embargo, no quiero obsesionarme con esta cuestión. Me autoexigo un último esfuerzo. No puedo fallar. No ahora. En realidad, todo depende de uno mismo. Es en este momento cuando aparece lo más personal: la exigencia con uno mismo y la idea de no conformarse nunca e intentar mejorar. Cuando corro consigo desprenderme de mis pensamientos cotidianos y dejarme llevar por la sensación del esfuerzo, concentrarme en un objetivo, sufrir si es necesario y luego, disfrutar de lo conseguido, valorando el esfuerzo para ello invertido.

Todo esto me ayuda en la subida final. Iñaki sigue animándome e incluso, durante algunos metros, tira literalmente de mí. Suerte la mía. A lo lejos, la meta. El objetivo lo tengo a tocar. Ahora sí. Queda sólo el último esfuerzo. En este momento, también Manel, ya esperándonos, me anima en el tramo final. Me gusta. Lo he logrado. Lo hemos logrado. 51’45». Me abrazo a Iñaki. Estoy segura de que sin él, hoy no lo habría conseguido. Él sin mí, en cambio, habría logrado una marca mucho mejor.


Tras la llegada, nos juntamos con el resto del grupo de sedentaris. Manel, feliz con sus 43’39». Cerquita de su MMP. Se resiente de su lesión pero lo ha conseguido. Xavi, aunque ha sufrido algo más de lo deseado, consigue, y sin entreno previo, hacer 1:04’55». Tras el esfuerzo y la puesta a punto necesaria, las fotos para el recuerdo y un excelente tapeo para recuperar fuerzas.

Anna
El equipo de sedentarios


Nota sedentaria: Destacar que Anna, modesta ella, no ha mencionado que gracias a su esfuerzo consiguió el primer puesto en la clasificación femenina de la liga interempresas, logrando unos buenos puntos para la UOC y el diploma de medalla de oro. Desde el equipo de sedentarios… nuestra enhorabuena!