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Cursa del capó (Castelldefels)

La trigésima edición de la cursa del capó, se celebró este pasado 31 de diciembre en Castelldefels. De Sedentaris solo participé yo, Salvador, ya que es una carrera a la que le tengo un especial cariño, ya que supuso mi debut en una carrera oficial, allá por el lejano 2009. Así que he completado tres campañas en esto del Running y 48 carreras oficiales. Sí que hubo diversos miembros del COR y Maite en el reportaje fotográfico.

A priori pintaba bién, ya que se trasladó de su ubicación tradicional, y se pasó al Canal Olímpic. Iba a ser cronometrada por chip amarillo, había camiseta y la posibilidad de hacer 5 ó 10 kms. aparte de 1 km. para los peques. Ya sabéis mi slogan, para 5 kms. no merece calzarse las zapatillas, así que me inscribí en 10.

La primera sorpresa vino a la hora de recoger el dorsal. Se anunció allí que no se iba a controlar por chip. Luego nos enviaron un mail esa misma tarde, indicando problemas técnicos. Creo que más que técnicos eran económicos, ya que esperaban 2000 y la cosa cerró en poco más de 300, 400 contando los niños de 1 km. Lo curioso del caso es que a la gente sin chip propio les cobraban 2 ó 3 euros más por el alquiler y me parece que… fum, fum, fum.

Dos vueltas al canal, que ya acumulas los 5 kms. y los de 5, a meta, y los de 10 nos sacan por el campus universitario a completar kms. En un punto dado, parecíamos el carrusel de la guardia urbana montada de Barcelona. ¡No se les ocurre otra cosa que un cruce a 180 grados!, donde la cabecera de la cursa ya entraba de nuevo al canal, y los de más atrás cruzándonos a completar el resto de circuito. Allí había policía municipal, y se les veía sufrir, para que no hubiera choques. Si llegamos a ser los 2000, seguro que los hay. ¿quién debe de tener preferéncia? ¿el que sale por la derecha?

Ya de vuelta al canal, consulto mi reloj y llevávamos 8 kms. y pico. Me resulta extraño encarar el canal yá, pués un kilómetro no faltaba, sino menos.
Pensé: otra sorpresa nos espera, en forma de una semivuelta extra o algo así. Y sí, hubo sorpresa. Meta y colocarse a la izquierda donde alguien de la organización !te pedía tu dorsal¡. Oiga, que yo los guardo para recuerdo. Pués aquí no. Te lo sacabas, los colocaban uno encima del otro, y eso daba el orden de llegada. El orden, que de tiempo ni por asomo, no lo controlaba nadie. Mi hijo tardó en sacarse los imperdibles, y se le coló uno que fué más rápido. Eso suena a ganar posiciones en el despacho, como pasaba a veces en futbol. En fin, paro el tiempo y el kilometraje en ¡¡9,09!!
Es la carrera que he corrido, en la que ha habido un desfase mayor entre el real y el que debería de haber sido. Un 10 %. Y tan panchos…

Vamos a recoger la bolsa del guardarropa, y había cola, bastante larga, y eso que poca gente había utilizado el servicio. A pasar un poco de frío antes de abrigarte. Resulta que la misma cola era para el guardarropa y para recoger un trocito de pastel de chocolate, que no calificaré, y un batido de chocolate de marca blanca.

Bueno, cumplimos con la norma no escrita de correr el día 31, pero me dejó muy mal sabor de boca. Ahora toca entrenar y entrenar. Correr la mitja de Granollers, que es una espinita y afrontar el reto del 17 de marzo de 2013.

Salvador
El equipo de sedentaris