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Jean Bouin 2011

De la mítica Behobia – San Sebastián a la también mítica Jean Bouin (27/Nov)

Justo volvemos de Donosti, de la mítica Behobia – San Sebastián. Anna me propone apuntarme a la, también mítica, Jean Bouin. El año pasado la acompañé pero sin dorsal. El precio me resultó excesivo entonces. Y también me lo parece ahora. Pero parece que le hace ilusión. Y yo tampoco voy tan mal de dinero. Además desde el descalabro de la cursa de la Mercé no he vuelto a correr un 10.000. Y antes de acabar el año me gustaría sacarme la espina que me dejaron mis 46′ y sobretodo ver como Iñaki me vencía ‘in my face’ justo en la recta de meta. 

Aquel día no tuve fuerzas para reaccionar. Aunque me hubiera avisado con tiempo no hubiese podido seguir su ritmo. Aquel día no estaba ni de piernas ni de pulmones. Y aún así sólo pudo descolgarme en la recta de meta. Así pues una oportunidad para maquillar un poquito mi año en lo que a los 10k se refiere. Le digo que de acuerdo, que la acompañaré. Me apunta. Esta vez no nos acompaña nadie. Seremos sólo Anna y yo. 

La cursa es justo dos semana después de la Behobia. Ya no me acuerdo pero imagino que la preparamos con Anna. Es la clave, preparar las cursas, mental y físicamente. 

Llega el día. La noche antes he cenado con unas amigas y se me ha hecho casi la una de la madrugada. Duermo apenas seis horas. Suficiente. Anna me recoge en Castelldefels, algo justa de tiempo, como siempre. Llegamos a Montjuich y aparcamos. Ya sólo falta un cuarto de hora para que empiece la carrerra. 

Policlin

De repente me da un apretón. Debo ir a un Policlin, o como se escriba. Al final y tras unos minutos de cola consigo hacer uso del servicio. Faltan dos minutos para que dé comienzo la cursa. Caminamos deprisa, saltamos las vallas de los cajones y nos mezclamos con la muchedumbre. 

Primeros 5 km.

Suena la pistola. Mi ritmo objetivo: 4:30: Veremos si soy capaz de mantenerlo y apretar un poquito al final. El primer km. un ko. Demasiada gente. Y sobretodo, gente muy lenta. No paro de esquivar a gente hasta que se cumple el primer km., ya en la Gran Vía. Me sale a 4:28: no está mal, llevo el ritmo deseado. El siguiente me sale a 4:20 y el tercero a 4:15. Estoy yendo demasiado rápido, pero no tengo sensación de ahogo. Será porque la salida es en bajada. Las salidas en bajada hacen que mis sensaciones sean mucho mejores. Es como que me activo en un terreno que me es favorable y llego al punto óptimo sin demasiado esfuerzo. El cuarto, lo mismo, a 4:15. Y ya enseguida bajamos por Marina. Así pues retomo energía en bajada. Los kms. rápidos no me pasan factura, en parte por el inicio en bajada y en parte por esta pequeña tregua que me brinda la carrera a mitad de recorrido. 

k6..k7

Vuelvo a repetir un 4:15 y ya he superado el meridiano de la prueba. Ya sólo me quedan cuatro y no tengo la típica sensación de ahogo. Mi marca está siendo ejemplar, aunque también en verano, perdida ya la forma, era capaz de aguantar 5 kms a 4:15. Pero ahora estoy mejor. Entonces no podía mantener un segundo parcial de cinco a 4:15 el km.. Pero entonces no es ahora. Ahora llevo dos meses machacándome bastante, haciendo tiradas largas y compitiendo en distancias mucho más exigentes. Tal vez en esta ocasión sí sea capaz de aguantar el segundo sector al mismo ritmo que el primero. Cae el siete y mi ritmo no decae. Voy bien de  piernas y no me ahogo. Aún no he pinchado. 

Voy para marca

No puedo – no quiero – bajar el ritmo. Es mi oportunidad de volver al minuto 43, como cuando lo conseguí tres veces consecutivas allá por el mes de mayo, en Hospitalet, Motmeló y Nou Barris. Ya me cae lejos todo aquello y, desde entonces, no había sido capaz, pero ahora vuelvo a tener el ’43 a tiro. No voy sobrado pero quiero hacer marca. Sé que puedo hacerlo. Tengo esa sensación que tengo siempre que sé que voy a hacer marca. A medida que pasan los kms. ya no sólo pienso en el ’43 sino incluso en el ’42. 

k8

LLega el k8 y se me desabrocha la bamba. Parar y atármela no es una opción. Perdería un mínimo de 15s., y lo más importante, perdería ritmo. Sería fatal. Decido no atármela, Acabaré la cursa con el cordón de la bamba izquierda desabrochado. Temo una caída. Podría pisármelo. O cualquiera de los corredores que me acompañan. No olvidemos que hemos tomado la salida cerca de 10.000 personas. Sufro pero relativamente. Con un poco de suerte no pasará nada. Ahora me asalta un nuevo temor: si se me sale completamente el cordón de la bamba tal vez pierda el chip. Y el chip vale cerca de 20€. Casi mejor no perderlo. Miro la bamba de manera compulsiva. parece que la cosa no irá a mayor. 

k9

Llego al k9. Enseguida doblaremos hacia la izquierda y tomaremos el repecho del carrer Lleida. Empieza la subida. Aflojo auqnue no demasiado. Es más larga de lo que recordaba. Una vez arriba llega un tramo plano y luego la bajada, ya en Maria Cristina, hasta la línea de meta. Un último esfuerzo por mi anhelado ’42. Aprieto los últimos 200 metros y dejo el crono en 43:23, mi segunda mejor marca de todos los tiempos en la distancia. 

Anna

Al poco llega Anna, MMP, con 50:30. 

Carles Farrando

Me encuentro con Carles Farrando, mi compañero de trabajo, el que siempre me gana. Ha llegado antes que yo. Le pregunto por su tiempo. Me dice que algo menos de 45 minutos. Le he ganado. Es la primera vez que le gano. Ha llegado delante mío pero seguro salió con los primeros. Es por eso que mi marca ha sido mejor que la suya. 

Antonio Buñuel y la maratón de Barcelona

Al poco nos encontramos con Antonio Buñuel. Hablamos de la maratón. Me cuenta que ha traído a sus hijos: van a correr en las catagorías para niños. Me insiste que me apunte a la maratón. Que una vez apuntado ya seguro la corro. Tal vez lo haga. Me recomienda la media de Vilanova, el 18 de diciembre. Le digo que lo pensaré. 

Feliz aunque ya pensando en las próximas citas

Nos vamos con Anna, súper contentos. Las marcas geniales y el día, fresquito también ha puesto de su parte. La semana próxima toca Mataró: dicen que es fácil, aunque una media nunca lo es. En Castelldefels acabé bastante entero, pero en la Behobia me faltó la fuerza en el tramo final. Debo entrenar. En Mataró no puedo quedarme sin fuerzas, debo acabar con buenas sensaciones.

La respiración

Ah!, por cierto, la clave, comenzar a respirar por nariz y boca. Recuerdo haberlo hecho también en El Prat, el 29 de mayo, cuando batí mi marca de los 10k y dejé el crono en algo más de 42 minutos. Aquí tengo un punto de mejora importante, debo aprovecharlo.