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Lunarun Barcelona (04/DIC/12)

Estreno como blogger y sedentaria: Una carrera, dos historias.
Barcelona 4 de diciembre, Lunarun. Cóctel de carrera y gimcana.

Mi intención es tomarlo y vivirlo más por la parte lúdica. Además Iñaki no va a apretar, según ha dicho.
Llego unos minutos antes de lo previsto (19:00) al CCCB y me añado a la cola, que apenas tiene 30m. Las primeras impresiones son de una buena organización, propio de Nike. Un rato más tarde llega Iñaki, que va a por Anna y Gemma, algo más retrasadas en la cola, que ha ido creciendo con el continuo goteo de corredores.

Los lunarunners sedentarios

Abren las puertas y bajamos a por la camiseta, los que la habían solicitado, y dejar las bolsas en el guardarropa. Esperamos el inicio de la sesión de calentamiento durante media hora, salpicada por flashes de smartphones y explicaciones sobre mapas a las que no prestamos mucha atención. Finalmente intentamos ser parte de esta coreografía que, sinceramente, quedó bastante descoreografiada, pero efectiva y que creó ambiente.

Calentamiento inicial

Bueno, llega la hora de la verdad: tres, dos, uno y estampida al Palau de la Música. La luz roja intermitente en el pantalón de Iñaki es una idea fenomenal. Sonrío mientras intento no tropezar ni arrollar a nadie. Nosotros dos vamos en el primer grupo. Anna y Gemma han quedado algo más atrás. Vamos rápido, muy rápido. Es importante al principio para no sufrir colas en las pruebas que tendremos que pasar. Cruzamos Via Laietana con el semáforo en rojo (gracias al conductor de autobús y otros vehículos por mantenerse a la espera y ni siquiera tocar la bocina). Si hay algún menor leyendo la crónica, abstenerse de repetir esto, es peligroso.

Nos entregan el mapa. Mientras intento ponerlo al derecho porque no veo ni torta, y además ya no me llega el oxígeno al cerebro, Iñaki ya tiene claro el camino y el orden en el que debemos ir. Así que allá vamos. Yo detrás de la luz roja. Él frenando para que pueda seguir.

 El ritmo sigue siendo bueno, lo sé porque veo pocas camisetas rosas, por no decir que me falta fuelle. Vamos sorteando cochecitos de BCNeta y peatones; unos sorprendidos y asustados por los asaltos en las esquinas de las callejuelas del Born y otros colaboradores “han ido por arriba” (entiendo que quieren ayudarnos y nos dicen hacia dónde se dirigían los otros Lunarunners). Pasamos pruebas, corremos sobre nieve, montamos iglús, acertamos cuántas columnas son y corremos. Sobre todo corremos.

Born cubierto de nieve

La prueba del iglú
Anna y Gemma junto al punto de control de correos
Iñaki en la prueba del viento

Hay que volver al CCCB. Tenemos la suerte de no pillar semáforos ni tener que parar por ningún otro impedimento (¿suerte?, ¿buena o mala?). Por fin, carrer Montalegre. Casi no me lo puedo creer. Llegamos a meta y ¡casi no hay nadie! ¿Cuántos? No llega a diez. Cogemos algo de comer y beber, ¡ah, buena idea!, sí y las cosas del guardarropa, antes de que aquello se líe. Aún pasa rato antes de que empiece a llenarse la sala. Sentados en el suelo esperamos a Anna y Gemma.

Casi solos en la sala
El grupo recuperando energías
La foto de grupo… donde estamos?

Iñaki sin el lastre y con un iPhone habría ganado las zapatillas; y servidora sólo con el iPhone.
Iñaki, me engañaste con eso de que no ibas a forzar, pero gracias.

Reyes
El equipo de sedentarios