Skip to main content

Maratón de Barcelona by Manel

Manel


Llegó el ¿ansiado? día


Seis de la mañana, suena el despertador. 
Me ducho, me seco, me corto las uñas, tiritas en los pezones, vaselina en la entrepierna. 
Dos vasos de agua, un huevo duro, un plátano. 
Es el gran día. Por fin llegó. El día de la maratón. 

Dolores, que no Lola

Llevo tres semanas que si no me duele esto me duele aquello. Ayer tenía fiebre. Mal menor. Correría la maratón aún a la pata coja. No he entrenado casi tres meses como un auténtico cabrón para ahora no correr la maratón. 

Xavi también llega con molestias. Jandro KO por lumbalgia. Ferrán en cambio parece que ha ido de menos a más. Xavi O. hecho un titán, incluso tiene abdominales, como de adolescente. 

Iñaki, ¿rival?, ¿compañero?

Iñaki llega fino fino. Él parece que siempre está bien. Nunca se lesiona. Nunca descompensa. Sólo suma. Y lleva un año sumando. Me ha recortado la distancia que le llevaba. Ahora ya estamos a la par. 

Estado de forma

No estoy demasiado confiado. Hace tres semanas sí lo estaba pero ahora tengo dudas. De todos modos la semana pasada hice el Test de Gavela y me salí. Eso me da confianza. Ayer salí a trotar tres kms. No tuve buenas sensaciones. Sólo empezar ya estaba cansado. No iba. Esa es la sensación. No vas. No vas cómodo. No te sientes ligero. Aún así crees que puedes correr, que puedes correr mucho, aguantar lo indecible, pero sin alegría, clavado, como que la maquina va forzada, chirría, pero aguanta, porque la máquina es fiel. La has educado durante meses y ahora la máquina no te deja tirado. Correrá más o menos pero no te deja tirado. Es una máquina fiable. 

De casa al teatro de los sueños

Abajo me espera Will. Será la liebre a partir del 35. La de Iñaki. Si llegamos juntos, también la mía. Aunque no creo que lleguemos juntos. Sería demasiado aburrido. Bueno, ya veremos. No adelantemos acontecimientos. Todo puede pasar. Veremos. 

Bajo, tarde, como siempre. 

Llegamos a Montjuich. Aparcamos. 

Punto de encuentro

Llegamos al punto de encuentro: la fuente de Montjuich, la grande.
Ahí está Iñaki, con el resto de sedentaris. Foto obligada.
Es el gran día pero me siento raro, no estoy en tensión, no estoy excitando, no estoy seguro. 
Pero tampoco dudo. Creo que este año sí acabaré. Tal vez me falten las fuerzas pero tengo más experiencia. 
Nos juntamos con la gente de RW para la foto de rigor.

8:30

Se hace la hora. 
Vamos a la salida: Iñaki, Ferran y yo. 
Jandro también nos acompaña. Correrá con nosotros el primer km. Luego volveremos a encontrarlo, primero de público, en varios puntos del recorrido, y luego, a partir del 37, de liebre de Ferrán.
Salimos. Iñaki se espera para que no le saque de inicio unos segundos. Así pues salimos en el mismo tiempo. 
Este año primero toca Creu Coberta, de subida. 

Pequeño incidente a la salida

Al poco unas ganas locas de mear. Paro. Meo. Pierdo unos treinta segundos. Mis compis van con la bandera de las 3h45. Por la izquierda. Voy remontando. Pasan 2 kms. y aún no los veo. ¿Los habré pasado? Sigo a lo mío. Me gusta. Me gusta ir sólo. Pero necesito su compañía. La carrera se hará muy larga. Al fin los veo. Me ha costado pero ya los tengo. 

Al poco que necesitan mear. Les digo que lo hagan de uno en uno, escalonados, pero pasan de mí. Para más INRI se mean en el Camp Nou. Les abuchean, merecidamente, vaya par de dos. 

Voy flotando, no sé ni donde estoy, no sé cuanto falta para el final, no voy mal pero tampoco sé si voy realmente bien. 

Diagonal. Me cogen. Nos reagrupamos. Seguimos juntos.

Nada de inventos el día de la maratón… zasca!

Bajamos por Sarriá. Aún tenemos fuerzas para hablar. 

El cinturón no para de moverse. Vaya mierda. Que razón los que dicen que nada de inventos el día de la maratón. Me aprieto un poquito el cinturón y parece que queda fijado. Ya me baila menos. Voy más cómodo. Un problema menos.

En Joan Petit

En poco nos uniremos a Joan. En el 12. Nos acompañará hasta el final. Así él habrá corrido 30 kms. en su preparación para la maratón de Boston. Gran Vía. Joan se une. Camiseta sedentaria. Fresco como una rosa.

Iñigo

Paseo de Gracia. Sube. Vemos a Toni, en la Pedrera. En Roselló giramos a la derecha. Allí nos espera Iñigo. Nos saluda pero no se une al grupo. Parece que va a esperar a los Xavis. Les hará de liebre. Con ellos podrá. Nuestro ritmo ya hace días que está fuera de su alcance. Zasca! Concretamente desde que se casó y viajó a Chile en su viaje de bodas. Aún así es simpático el chaval. Lástima que tenga tan poca palabra. Nos debe unas tapas desde hace más de un año. Qué poco de fiar que son los vascos. Zasca, zasca! 

Sagrada Familia. Menos ambiente que el año pasado. ¡Qué lastima! Tal vez sea día, el año pasado hizo un sol radiante, éste, en cambio, molesta lluvia intermitente. 

No voy demasiado alegre. 

Blanca, Víctor, Julie

En el 16 he quedado con Víctor. Lo veo. Me gusta. Me da ánimos. Blanca salta como una loca. Me gusta. Venga. Sigamos. Aún queda una vida. Pero ya llevamos un tramito. 




No voy bien, aunque tampoco voy mal. Sigo corriendo. 

Pienso en Julie. De las pocas que se acordó de desearme suerte ayer. Este año mi maratón ha sido mucho más anónima que la del año pasado. No importa. Mi ánimo tampoco es el mejor.

Meridiana, por si aún tenía fuerzas

Meridiana. Aquí viene el primer coco de la prueba. La Meridiana sube y se hace pesada. Parece que nunca acaba. Pero ya estoy sobre aviso. Me acuerdo del año pasado. Busco a Antonio. No lo veo. Él iba a 3h30 este año. Llegamos al final de la Meridiana. Km. 20. No voy. Y no llevamos ni la mitad. 

Media maratón

Meda Maratón. Vamos tres minutos por debajo de lo previsto. Hemos corrido mucho. Ni siquiera Iñaki ha sabido controlarse. Tan germano que es y la maratón le ha roto los esquemas. 

Llull, el principio del fin

Tomamos Gran Vía camino de Rambla Llull. No voy, pero es muy pronto para no ir. Hace rato que Joan no deja de cascar: que guardemos, que del 20 al 30 toca recuperar. Lo entiendo. No aprieto. Pero no recupero. No puedo. Voy forzado. Y queda una vida. Sigo. Esta vez no puedo ocultar mi sufrimiento. No hace sol. Llevo las gafas en la cabeza, desde la salida. Mi cara tiene que ser un poema. Pero aún no he pinchado. Llull. Km. 25. No voy. Y aún quedan 17. La Diagonal me da un palo terrible. 

Diagonal

Llegamos a Diagonal. 

Ya me he tomado dos geles. Ese se mi único estímulo: los geles. Ellos me ayudarán, deben ayudarme, pero no lo hacen, no recupero las fuerzas. 

Dani me saluda. No lo veo. Ya apenas veo nada. Me ve él a mí. 

Bien entrada Diagonal, dirección Glorias. Llegamos al final, un poco antes de Glorias, y giramos dirección Diagonal Mar.


Aún vamos juntos: Ferran, Iñaki y yo. Apuestas sobre quien caerá primero. Creo que seré yo. Aunque el gordito tampoco se ha preparado tanto. Me da que Iñaki aguantará. Tiene más fondo que nosotros. Ha hecho mejor las cosas. 

Km. 29. Voy que no voy. Anna me saluda. Lleva gafas. La veo rara. 

Continúo. Queda una vida y ya apenas me quedan fuerzas. Aminoro. Pero el km. me sale a lo mismo. Y el siguiente igual. Voy petado. Quiero parar. Iñaki y Ferran ya se me han ido. Joan se ha quedado conmigo. Quiero parar pero aún queda mucho. 

Reiteradas entradas a boxes

Veo el cartel de 32. Paro en seco. Joan no puede creérselo. Me dice que no pare, que arranque, que vaya poco a poco. No puedo. No entiende que me duelen las piernas a rabiar. Me duele cada centímetro, desde los tobillos hasta las ingles. Me duelen mucho. No puedo correr. Camino. Arranco. Llego al 33. Paro. Joan insiste en que no pare, que intente correr un segundo km. pero no puedo. Tomo aire, me bajan las pulsaciones, las piernas se relajan,  ya me duele menos. Arranco. Llego al 34. Paro. Joan me dice que así él no puede, que le sabe mal pero que él también está preparando su maratón. Lo entiendo. Le digo que se vaya. Me dice que a la siguiente. En el 34 paro. Y en el 35. 

De aquí hasta el final ya sólo estás tú

Ya no voy con Joan. No sé cuando me ha dejado. Estoy sufriendo, pasándolo mal. 

Hago cálculos mentales. Espero que con las paradas la cosa no se me esté yendo más allá de los 6:30 por km. Eso me haría perder unos 10 minutos. Aún estoy a tiempo de llegar por debajo de las 3h50. 

Arc de Triomf. No me alegro, ya nada me alegra. 

Me duelen las piernas como nunca. En ocasiones había ido justo de pulmones, incluso justo de fuerzas pero nunca me habían desasistido las piernas. Esta vez son las piernas. No conocía esta sensación. Me siento impotente. Impotente ante el dolor.

Hegoi me saluda. Suerte que estoy corriendo. 

Parando en el km 35


Paro en el 36, en el 37, en el 38. 

Un ilustre cadáver

Encaro Vía Laietana, de bajada. Veo a Ferran y a Jandro. Joder, Ferran debe ir pinchado no, lo siguiente. Lo cojo. Lo paso. No me sigue. Va fatal. Peor que yo. Me duelen las piernas. Franqueo el 39. Paro. Me va a ver. Pero debe estar muy lejos. No me ve. 

Paral.lel

Arranco. Llego al 40. Ya estamos en Paral.lel. Ya queda menos. Hago cálculos. Puedo llegar en 3h45. Corro hasta el 41. Paro. Arranco. Ya veo Plaza España. 

El sufrimiento


Meta

Encaro Reina Cristina. Acelero. Poco. Llego. 3h42. Mueca de dolor. Como siempre. Veo a Iñaki y a Joan. Han entrado un minuto por delante mío. Parece que Iñaki pudo haber entrado antes pero paró a coger a Martina. Eso dice.

El inesperado km. 43

Las piernas me duelen a rabiar. Casi no me tengo en pie. Necesito estirarme. Pero en la calle hace frío. El camino hasta el guarda-ropa se me hace eterno pero llego y consigo estirarme. El km. 43 me ha  costado una vida. Intento cambiarme. No puedo. Cualquier movimiento de flexión es sinónimo de rampa: gemelos, tibiales, bíceps, isquios, todos están en huelga, todos en mi contra, que no fastidie, que ahora mandan ellos, y que ya no se mueven, que cualquier movimiento me voy a enterar. Pido ayuda a Joan. Me ayuda a cambiarme. Me estiro. Recupero un poco las fuerzas. Salgo. Joan se va. 

Reencuentros

Me encuentro a Víctor y a Blanca. Parece que han corrido casi 17 kms., haciendo de liebre a Xavi aquí y allá. Nos hacemos unas fotos. 


Se van. Bajo hasta las torres venecianas. Llega Reyes. Ha hecho un tiempazo. Nunca lo dudé. Llegan los Xavis. 4h05. No han conseguido bajar de las 4h pero han acabado. Han sufrido, imagino que igual que yo, pero, igual que yo, han resistido, y han acabado. Han tenido suficiente entereza. Bravo por ellos. Han conseguido superar todos los retos del running en un solo año, 10k, media y hoy maratón. Brutal. Me cuentan que Iñaki se ha mareado. Quiero reir pero no tengo fuerzas. Ahora tocan las tapas pero ya no tengo tiempo. El reagrupamiento se ha dilatado demasiado y a las 14h30 me esperan en el aeropuerto. Me voy. 


La pregunta del millón

Tengo una sensación extraña…
¿Por qué hace tres semanas iba como un tiro y hoy desde el 20 ya no iba? 

Las respuestas no siempre se dan cuando uno las quiere pero siempre acaban dándose

Bueno, qué más da. Objetivo cumplido. He acabado. Y he bajado de las 3h45. No he conseguido superar a Iñaki ni correr en 3h30 pero tengo toda la vida por delante, para progresar, para llegar hasta donde yo quiera. 

El equipo

Hoy más que nunca he sentido el running como un deporte colectivo, de equipo. Hemos corrido pensando en los otros. Hemos entrenado, nos hemos esforzado, divertido, pasado frío, seguido dietas, compartido ilusiones, preocupado cuando alguno se lesionaba o tenía fiebre y todo eso lo hemos hecho juntos. Un día tras otro, un mes y el siguiente y el anterior. Llevamos casi dos semanas respirando el mismo aire, nutriéndonos de una misma ilusión, despertando y acostándonos con las mismas palabras. El jueves nos veremos esta vez con ropa de calle -se hará extraño- y reiremos, compartiremos infinidad de anécdotas y nos volveremos a ilusionar con nuevos retos y proyectos seguro no sólo deportivos. Estoy feliz aunque no tanto por mí. Lo estoy por Iñaki, Ferrán, Xavi V., Xavi O., Reyes, Sascha, Sergi, Yimi, Karim, Boada, incluso por Radigales y su maratón de Valencia, que un día le pediré que me vuelva a explicar, por todos los que mucho tiempo luchamos, algún día sufrimos y vencimos ya para siempre.

Muy emocionado y agradecido a todos.

Manel
El equipo de sedentarios