Skip to main content

Maratón de Barcelona by Salvador

MI PRIMERA COMUNION. DIGO NO. MI PRIMERA MARATON

O hago la crónica de la maratón, hoy hace un mes, o mi crónica va a quedar eclipsada por otra maratón internacional, de mayor envergadura mediática. (Boston). Así que con retraso, he aquí la crónica de mi primera Maratón. Barcelona 2013.
 
Sí, hace la misma ilusión que antes nos decían, cuando éramos niños, los menos niños, que la primera comunión. Lo único, es que faltan los regalos. Bueno, si consideramos la medalla, no faltan. No duermes bien la noche anterior, estás nervioso… y has hecho la catequesis (entrenos)
Eso si es vital. Seguir un plan de entrenamientos, sea del nivel que sea, para tener éxito en la acometida de la empresa. Máxime cuando realizas tu primera maratón, a los 54 años, 8 meses y 17 días.
 
Pues, eso, había hecho mis entrenos, a razón de 4 salidas semanales. Durante tres meses largos. Los fines de semana, las tiradas largas. 16, 20, 24, 28 y 32 kilómetros y 195 metros, la tirada más larga. Así solo faltaban 10 kms. justos.
 
En ruta con el COR y la familia

Salvador con el grupo de sedentaris
La carrera me la planteé con calma, como corresponde a la edad. Durante un buen tramo iba con las 4 liebres de las 4 horas 30′. En momentos se colocaban muy bién, dos delante y dos atrás, formando un cuadrilátero grande, una masa importante de corredores que corríamos al unísono.
 
Los recuerdo por el Camp Nou, calle Tarragona, y luego, poco a poco, se fueron alejando, ¡por delante!. Pero no importaba. Lo que importaba era llegar y llegar en ciertas condiciones, claro.
 

Salvador con sus liebres COR

Con mi liebre Pere
Gracias al COR, Castelldefels Runners, tuve un servicio de liebres que ni los profesionales. En el km.18, Valencia/Meridiana, empecé con Pere. Que alegría ver una cara conocida. Al cabo de unos metros de correr juntos, y habernos saludado, me vinieron ganas de volver a abrazarle y saludarle de nuevo, pues tenía mucha emoción dentro y lo volví a abrazar. Como fiel al nombre COR, las liebres del club llevaban un globo en forma de corazón y de color fucsia, y cargado con Helio, para ser vistos por mí. Le dije el día anterior a Pere, por mail, que si no quería, que no lo llevase, que ya nos encontraríamos. A lo que me replicó que las chicas del COR ya se lo habían dado, y que era igual, que lo llevaba. Ya os podéis imaginar el espectáculo.
 
Luego en el 27, Diagonal, estaba Judith. Ahí teníamos que hacer el relevo, pero como Pere se lo estaba pasando tan bién, se reenganchó un buen puñado de kilómetros más. O sea que ya éramos tres.
 
En el 36, justo antes del arco de triumfo, estaba Anja. Y además, Manel, que no encontró a su hermano, también se unió al grupo. Pere ya lo había dejado, así que volvíamos a ser tres. Y hasta la meta.
 
A partir del 36 el ritmo iba aflojando, pero paulatinamente. Llegó un momento que me desconecté del kilometraje, a propósito. Creo que me iba mejor no ir calculando llevo tal, me faltan cual… es igual. Ya no me importaba. Sabía que había superado el 30, el 32, daba igual. Conocía el recorrido y ya lo único que me importaba era continuar implacablemente, sin estar pendiente de tiempos, kms. etc. La meta ya sabía donde estaba.
 
El sustillo vino en el 40, en Colón. Un pinchazo en la rodilla izquierda, me hizo medio parar un momento, sólo para flexionar fuertemente la pierna. Fueron los dos segundos únicos en los que dejé de correr para caminar de todo el recorrido. El susto fue también muy grande, incluso creo que más, en mis liebres. Pero pasó, y para adelante. El Paralelo lo subí a 8′ el km.. Tremendo. En otras carreras había coincidido el final subiendo el Paralelo, y no me afectaba como a otras personas que lo acusaban mucho. Pero esta vez llevaba 40 kilómetros previos…
 
El resto ya lo sabéis: última curva y a por la gloria. Una experiencia «religiosa». Haber empezado a correr hace tres años, y en ese tiempo poder llegar a hacer una maratón, y la de mi ciudad, Barcelona. 4h 38′ 35″.
 
Salvador finisher
Gracias a todos, especialmente a mis liebres. Y el año que viene, a repetir, pero esta vez de liebre. Que no puede ser, !!se lo pasan mejor ellos que nosotros¡¡.
 
Salvador
El equipo de Sedentaris