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Maraton de Boston por Joan Folque (III)

No he hablado mucho hasta ahora de las sensaciones durante el maratón, no creo que sea lo más interesante, para los curiosos sensaciones cómodas hasta el km 25, sufrimiento relativo hasta el 34,5, sintiéndome invencible del 34,5 al 35,5 y sufriendo realmente mucho hasta lo descrito hasta ahora.

Llevamos unos 30 segundos corriendo por la calle Boylston y de repente vemos algo a la izquierda de la línea de meta, pero eso ya es otra historia…
10″ antes de la primera explosión

Humo y silencio, hemos visto una especie de explosión justo a la izquierda de la línea de meta (justo en frente de dónde estábamos el día anterior viendo los 5k), recuerdo coger a Esther con mi mano izquierda y hacer un esfuerzo para parar de correr, pregunto si son petardos… Y silencio, si estáis leyendo esto posiblemente sois runners, así que imaginar la sensación en una recta de meta con miles de personas entre el público en completo silencio, se había creado la atmósfera perfecta para que todos pudiéramos ver y oír en primera persona la horrible segunda explosión.

Aquí ya no pensamos en nada, recuerdo apoyarme unos segundos en la valla de mi derecha por prácticamente no poder mantenerme en pie y al poco empezar a correr con Esther en dirección contraria, recuerdo oírnos gritar “STOP, STOP!!!” a los corredores que subían por Hereford para encarar Boylston ajenos a lo que había sucedido. Manos en las cabezas, algún corredor en el suelo y en pocos segundos la policía habilita una salida del circuito del maratón para evacuarnos, es aquí donde tomo consciencia de lo que puede estar pasando y de que ya hace algún minuto que el maratón ha terminado. Andamos siguiendo a la masa por las calles colindantes, buscando el hotel pero totalmente desubicados, preguntamos a la gente pero no entendemos las indicaciones, todo el mundo está confuso. En este estado de asombro, entramos a un centro comercial que recordamos que comunicaba con el hotel por unos pasadizos, suerte que Esther estaba conmigo y nos tenemos localizados, además lleva la mochila con el teléfono, llamamos a nuestros respectivos padres para que estén tranquilos cuando empiecen a llegar las noticias y enseguida suenan las alarmas del centro comercial y nos vuelven a llevar a la calle. Preguntamos otra vez por el hotel y seguimos las indicaciones, es en dirección contraria a donde viene andando un mar de gente, el miedo, los gritos de los policías advirtiendo que no nos acerquemos a las papeleras y ver un gimnasio abierto con gente invitando a entrar nos hacen refugiarnos en él.

Allí pasamos cerca de 3 horas a buen recaudo, nos dan comida, bebida, nos dejan ducharnos, nos ofrecen teléfonos, hay televisión, nos dan conversación preguntando de dónde venimos y si necesitamos algo, incluso me ofrecen un masaje al ver que he corrido, nunca podremos estar suficientemente agradecidos. Una vez estando nosotros seguros me viene a la cabeza Guillermo y Carlos, iban delante de mí, donde estarán? Como estarán? Aquí seguimos en contacto con nuestras familias y localizamos a Ana para que avise a los Sedentaris y a Monica y Tere para que me etiqueten en facebook diciendo que estamos bien.

Finalmente decidimos salir a una calle desierta, plagada de ambulancias, coches militares y cientos y cientos de policías, llegamos al hotel escoltados por un policía y a partir de aquí ya nos sentimos un poco más a salvo.

Subimos a la habitación, me entrevistan de la COPE, nos duchamos otra vez y recibimos una llamada a la habitación de Claudia, acaban de llegar y están bien, bajamos a reunirnos al lobby, abrazos y alegrías, y al poco también llega Guillermo, también está bien. Acabamos cenando en el hotel todos juntos y brindando por correr el año que viene en Londres.
Entrevista para Antena 3

Recta de meta desde el aire. Paramos en el toldo rojo

Entrega de la medalla al día siguiente

En cuanto al maratón a día de hoy no sabemos si la organización nos declarará finishers o  no, nos han comunicado que se decidirá durante el verano, pero en estos momentos es lo de menos

Antes de terminar, me gustaría hacer mención a uno de los ciento de homenajes que se han hecho. Como os he dicho antes la canción “sweet caroline” es muy especial para la ciudad y desde hace muchos años se pone siempre en la octava entrada de los partidos de los Red Sox (para que os hagáis una idea vendría a ser como el “you will never walk alone” en Liverpool). Pues bien, al día siguiente, en NY, en el partido de los Yankees  que vendría a ser como el Madrid para el Barça) la pusieron en la octava entrada, y el día 20, el mismísimo Neil Diamond fue al Fenway Park (estadio de los Red Sox) para cantarla en directo. Así mismo en el maratón de Salt Lake City disputado el siguiente domingo (como la cursa del bombers), todos los corredores la cantaron al unísono antes de empezar.


Como sabéis, pudimos volver a casa el miércoles con normalidad y poder estar cerca de toda la gente que nos ha hecho sentir un poco mejor durante estos difíciles días. Y es por eso que queremos dar las gracias a la familia, a los Sedentaris, a la gente del COR, Ester, Benja, Jordana, Carmina, Tere, Monica, Emma, Anabel, Hugo, Héctor, Patricia, Gonzalo, Merce, y en resumen todos aquellos que en algún momento os habéis preocupado por nosotros. Especial gracias a toda la gente del estado de Massachussets, al gimnasio donde nos acogieron, gracias Boston, You will finish the race!



Joan 
El equipo de sedentarios