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Milla internacional de Cornellá

Quiero correr

Ya es miércoles; el lunes entrené; el domingo no hay carrera; este domingo no; Iñaki tiene algo; ahora no recuerdo; la cosa es que el manager no corre; y yo sin manager tampoco corro; pero tengo ganas de correr; las últimas semanas estoy haciendo mis mejores tiempos; tres seguidas bajando de 44′; si dejo pasar una semana tal vez pierda mi estado de forma; no puedo permitirlo; debo correr; miro el blog de Xavier Bonastre; Anna me dijo que mirara sus marcas, las de X.Bonastre, en un Excel que tiene colgado; las miro; tiene marcas en carrera de 10 y 21 kms. igual que yo, pero también ha corrido millas, 5k, maratones y 100 kms.; vaya; no sabía que este hombre corría tanto; desde hace un tiempo se ha convertido en mi referente; ahora estamos bastante a la par; la verdad es que más acaba él por delante que yo; pero en alguna le he pasado; miro su histórico; está muy bien; parece que no está en su mejor momento; pero aún así me gana; tiene marcas espectaculares en los 10k y en la maratón; me fijo en la milla; tal vez podría correr yo una; al final no es más que 1km. y medio, casi como los progresivos que hacemos con Marc; voy a mirar si encuentro alguna; veo que el sábado se corre la de Cornellá; me voy a apuntar; pero sólo no puedo; y no está mi manager; ya sólo tengo una opción; le chuto un email a Anna y ella acaba de convencerme; le motiva la idea; intento apuntarme; no lo consigo; la verdad no estoy demasiado ducho en las inscripciones; siempre me la hace mi manager; Iñaki; le digo a Anna que lo intente; ella se encarga de todo; al fin apuntados; esta vez la cursa no es de mañana, ni en domingo; mejor; es sábado a la tarde noche; genial; así luego hacemos una tapas; creo que eso es lo que más le ha motivado a Anna; pienso en recogerla, calentar un km. y correr la milla; parece una buena idea; la cosa es que 1.609 kms. en total no es demasiado; tal vez no me ayude a mantener mi estado de forma; recuerdo las sabias palabras del fisio; cosas como avisar al cuerpo antes de exigirle; decido que haremos como los lunes: footing a ritmo suave algo menos de 5 kms. y luego el progresivo, que esta vez será la cursa;


Planificando la carrera

Llega el sábado; como siempre llego tarde a mi cita con Anna; ya no podremos correr esos 5 kms. previos que había planificado; al final nos salen sólo un par; primero corre Anna; son sólo 13 chicas; luego correré yo; nosotros somos cerca de 50; mientras corro los 2kms. voy pensando la táctica de carrera; son cuatro vueltas de algo menos de 400 m., y un tramito más de 100 m.; decido apretar en la segunda mitad del recorrido; mi objetivo, como no, es igualar las marcas de X. Bonastre; hace poco creo que acreditó algo como 6′; esa será mi marca a batir; olvidaba que Iñaki no viene pero ya tiene el gusanillo; el mismo sábado sale a entrenar y simula una milla; le salen 6’28»; me cuenta sus sensaciones; por whatsup; me gusta tener su referencia; sé lo que corre y entiendo lo que me cuenta; tras sus palabras estoy algo más preparado para mi nuevo y desconocido reto; la organización no demasiado buena; el ambiente sí; y la gente muy amable; pero todo a manija; nada de chip; tendré que tomar mis tiempos con mi Sunto; le digo a Anna que empiece tranquila; y le oriento más o menos sobre su táctica de carrera; me dice que sí que lo entiende, que lo hará;

LLega el turno de Anna

Suena la pistola para Anna y arranca; al final de la recta, cuando tan sólo lleva unos 200 m. tengo la certeza de que ha olvidado todo lo que le dije; va con las primeras; se resiste a aflojar y a hacer su carrera; acaba la primera vuelta algo por detrás de las primeras; pero no demasiado; lleva un rito espectacular; ahí mismo veo que ya va pinchada; la animo; le digo que va bien; pero sé positivamente que va mal; no puedo reñirla; no creo que eso le ayude; le digo que afloje y se recupere, que ya apretará en la última; ella ya no puede controlar el ritmo; va colgada, a remolque, el cuerpo no le responde; sólo puede pensar en no dejarlo; su cara es todo un poema; la animo todo lo que puedo; acaba la segunda vuelta; la misma cara; le digo que muy bien, que va bien; de hecho ha perdido tiempo respecto al primer parcial pero no se ha desplomado; aún aguanta el tipo; en el tercer parcial misma cara pero tampoco pierde demasiado respecto al anterior; además ganó mucho en el primero de los parciales; en el cuarto la misma tónica; cara hasta el suelo, imagino que maldiciendo a cielo y tierra pero aguantando con toda dignidad; ahí ya sí le digo que apriete, que ya sólo le quedan 100 m., que es el momento de arañar unos segundos; y extrañamente parece que tiene un ritmo guardado y lo saca; acaba la carrera apretando y acreditando unos 7’15» muy meritorios; yo le había marcado unos 7″ para su primera carrera; así pues sólo se le han caído 15″; luego haríamos números y veríamos que su ritmo global había sido bueno; 4’30» el km.

Llegó mi hora

Sin demasiado tiempo para análisis entro en la pista; suena la pistola; la primera vuelta voy sólo a escuchar sensaciones; los 50 salen como una exhalación; y tras ellos yo; no importa si voy de los últimos, no puedo morir como sí ha hecho Anna; completo la primera vuelta con sensaciones algo raras; no voy cómodo; siento que he ido algo rápido; en la segunda debo tener mejores sensaciones; decido no apretar aún; lo dejo todo para la segunda mitad del recorrido; Anna me anima; la oigo; me gusta; pero no me da ni me quita fuerzas; me siento extraño; toda mi atención está puesta en mis sensaciones; acabo la segunda vuelta; ya me siento mejor; oigo a Anna; me anima; ahora ya no debo guardar; intento incrementar el ritmo pero no lo doy todo; aún me quedan dos cambios; finalizo la tercera ya bastante rápido; la cuarta doy otro tirón; adelanto a algunos corredores; no demasiados; finalizo la cuarta vuelta ahora ya sí a un ritmo muy bueno; ya sólo quedan 100 m.; ahí ya si cierro los ojos; sé que tengo piernas; lo sé porque todos los lunes, en los entrenos, lo compruebo; tengo un buen arranque; Iñaki puede incluso ganarme; él también lo tiene fuerte; pero el mío es más largo; acabo en 5’45»;

Haciendo balance

He mejorado los algo más de 6′ que me había marcado y, lo más importante, he superado a X.Bonastre; no es lo más importante; pero me hace ilusión; debo marcarme metas para ir progresando; poco a poco; y X.Bonastre es uno de mis acicates; también lo es Iñigo; y Toni; e Iñaki cuando esprinta; y Anna cuando veo sus marcas mejorar semana a semana; creo que estoy mejorando; en gran parte por la mejoría de Anna; y en gran parte también por los entrenos de calidad con Marc; me ha encantado esta distancia; la pienso repetir; es una distancia muy atractiva y el hecho de que sea en sábado y a la tarde noche te permite disfrutar del fin de semana sin la premura de estar en el último día de descanso; comentamos con Anna; ella parece estar muy decepcionada pero a mi me parece que ha hecho una carrera muy buena y que sobre todo le servirá para afrontar mejor futuras millas; nos vamos de tapas; la tarde de milla ha sido genial; y la noche de tapas también; me acuesto cerca de las tres de la mañana; un día para enmarcar; sí señor; ah!, por cierto, mi ritmo, 3:35 el km.; olé; ya sólo pienso en dejar el crono, primero, en 5’30» y, con algo de entreno, acercarme a los 5′ pelados

La milla según Anna

Sensaciones

Sábado 21. Mi primera milla. Nuevo reto. La Milla de Cornellà. No me sale nada bien. Diría que fatal. Sensación de ridículo. Pero empiezo por el principio.

En la previa, escucho los consejos. Manel me los da. Los entiendo. Los comparto. Los agradezco. Me amedranto en la salida. Las otras parecen preparadas. Muy preparadas. Esto me intimida. Quizá demasiado. Sé que no estoy en su liga. Sin embargo, me achanto cada vez más. Pistoletazo de salida. Salgo flechada. Somos quince, nada más. Enseguida me doy cuenta de que no podré aguantar. Me flaquea todo: mente, corazón y piernas. Lo intento. Cada vuelta es peor. Quiero abandonar. Por suerte, mi pundonor me lo impide. Acabo decepcionada y enfadada conmigo misma. No he sabido hacer mi carrera. No he sabido plasmar los consejos. No he sabido dosificar mis fuerzas. En realidad, no he superado el reto. Siento haber fallado. Haberme fallado.

Termino mi milla. Intento no pensar sobre mi desastrosa carrera. Le toca a Manel. Quiero animarle. Se le ve sereno. Ilusionado. Super motivado. Seguro que los nervios van por dentro. Quiere estar a la altura. Tiene un reto. Sé que lo conseguirá. Sabe que lo conseguirá. La cara es el espejo del alma. La suya, transmite seguridad. Pistoletazo de salida. Sale mal. Francamente mal. O al menos, a mi me lo parece. Va tercero por la cola. Yo, como que no lo conozco. I can’t believe it. Pasa por delante mío. Lo animo. Me tiene desconcertada. Sigue su ritmo ‘lento’. Segunda vuelta, similar, aunque ha avanzado algunas posiciones. Sigo animándole. No sé si le ayuda. A partir de ahí, una carrera distinta. Empieza a progresar. Se va situando. Está ya entre el fornido grupo que sigue a los pocos destacados. No parece sufrir demasiado. Lo vuelvo a animar. Enfila la última vuelta. Su ritmo es alto. En los últimos metros puede apretar. Gran sprint final. Gran marca la suya. Lo ha logrado. Ahora ya sí: lo conozco y lo reconozco.

Manel
El equipo de sedentarios