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Mitja de Mataró 2011

Lunes antes de la carrera


Día de entreno, con Sedentaris, en RunnersWorld. Llego a las 19h30. El entreno empieza a las 20h30, pero he quedado un poquito antes, con Anna e Iñaki, para hacer un pre-entreno. Así haremos una tirada larga, de cara a la preparación de la Mitja de Mataró. En el pre corremos 7kms., luego, el entreno de calidad, con Marc, el mister. Acabo el entreno destrozado. 

Hoy he aprendido un par de cosillas de Marc. Primera: no debo llevar un ritmo demasiado alto en los entrenos, dice, Marc, que el ritmo ya te sale en la carrera. Y segundo: me explica que van bien las series largas. Correr fuerte cinco minutos y luego recuperar la mitad del tiempo, dos y medio en este caso, y vuelta a correr rápido, y vuelta a recuperar. Y así entre quince y treinta minutos. Parece que así se mejora. Así pues, día de aprendizaje el de hoy. No siempre se aprenden cosas, pero esta vez sí. Llego a casa. Son más de las 22h. Estoy muerto. La verdad es que carrera de 10k a tope el domingo – la Jean Bouin – más entreno largo y de calidad al día siguiente, es demasiado, incluso para mi, que soy de lo más voluntarioso. A ver si recupero para la media del domingo. Antes debo hacer un segundo entreno: tirada larga, con Anna. Ah!, por cierto, Anna se ha lesionado en el entreno, no sabe si tiene una sobrecarga o una rotura muscular. Peligra su participación en la media. Sería una lástima. Está en forma. Y puede con todo lo que le echen – lo demostró en la Behobia – San sebastián, hace apenas tres semanas -. Además, Mataró parece fácil, es llana, salvo un repecho al final, ideal para hacer marca.

Jueves antes de la carrera

Quedo con Anna, en Castelldefels. Hacemos un entreno en tres partes. En la segunda inspeccionamos el recorrido de  la Pujada al Castell del martes próximo: no es ni fácil ni difícil, imagino que lo complicado será mantener un ritmo cercano al ahogo durante cerca de veinte minutos. Mi objetivo es hacer los 4.7kms. en menos de veinte minutos – días después Joan me diría que esa marca es casi imposible, que en su mejor momento, cuando preparaba su primera maratón, esa en la que bajó de las 3h 30 minutos, incluso entonces le fue imposible bajar de los veinte minutos. En aquella ocasión quedó 16 segundos por encima de los 20-. En fin… Anna no termina el entreno, se resiente de su lesión del lunes. Ya sólo nos queda el milagro de Marc Lladó: el fisio. El último tramo de entreno lo hago solo, a ritmo, como a mi me gusta – me gusta correr una distancia me dio larga, unos 6-8-10 kms. y luego darle caña 3-4 kms. más. Eso me da seguridad. Me aterran las carreras en que pincho antes de final. Por eso cuando acabo los entrenos me gusta exigirme al máximo y comprobar así que siempre me queda algo para acabar las carreras -.

Viernes antes de la carrera

Marc, el fisio, trata la lesión de Anna. Veremos que tal sus manos o que tal cuan grave es la lesión de Anna. Para empezar Marc asegura que lo de Anna no es una sobrecarga sino una rotura. Eso complica las cosas. Aún así, Anna no pierde la esperanza de correr el domingo.

El resto de los runners

Joan se entrena bajo mínimos, Iñaki es siempre una incógnita y Ferran parece que nunca encuentra el momento para dejar los apuntes del master y salir a estirar las piernas.

Día de la carrera

La carrera empieza a las 10h. Iñaki recoge a Joan, luego me recoge a mi, a las 7h30 y, a continuación, vamos a por Anna. A ella la cogemos en la Ronda de Dalt, a eso de  las 8 de la mañana. Aún quedan dos horas para el inicio de la prueba y Mataró está a algo más de media hora. Vamos con tiempo de sobras. Parece ser que es mejor llegar con tiempo para encontrar aparcamiento. Nos lo cuenta Joan y le creemos. No en balde esta será su quinta participación. Iñaki también conoce la ciudad, estudió algún curso de  la carrera en Mataró, y coincide en que es mejor llegar con tiempo.


Llegamos con una hora y media de antelación. Aparcamos. Hace bastante frío. Las temperaturas han cambiado. Para la carrera será bueno pero, de momento, nos pelamos de frío. Llega el momento de la carrera. Anna decide no tomar la salida, en mi opinión, acertadamente. Mejor perder la batalla de hoy y asegurarse las siguientes: Pujada al Castell, Sansi de Viladecans y cursa dels Nassos. Ferrán, el gordito, como nos gusta llamarle, llega muy con retraso y casi nos hace llagar tarde a la salida. Anna será espectadora esta vez. Nos irá buscando a lo largo del recorrido y nos sacará alguna foto. En esta ocasión no está Eli, la fotógrafa oficial del grupo. El único ambicioso parezco yo: quiero bajar mi marca de la Mitja del Mediterrani: 1:36:43. El resto dice que no ha entrenado, que van a 1:45:00. A ver qué pasa… 


Salimos. Iñaki hace la táctica sabandija: al poco se pone en cabeza y empieza a esquivar gente. Esta vez no me cuesta demasiado seguir su avance entre la multitud, la recta de salida es ancha y hay espacio suficiente. En nada ya estamos todos desperdigados. Yo en cabeza, Iñaki detrás mío, y Joan y Ferrán a continuación. Los primeros kilómetros transcurren por las calles de Mataró. Iñaki me había dicho que al poco llegábamos al paseo, pero no es cierto. Es al cabo de 5kms. que se llega. Su memoria aquí el ha fallado. 

No me siento demasiado bien. Siempre cuestan los primeros kilómetros, hasta que coges el ritmo y el cuerpo se acostumbra. Aún así el recorrido me gusta. Ya llevamos cuatro kms. y aún estamos callejeando por las calles de Mataró. Suerte de eso. Me gusta callejear. Hace que los primeros kms., los que más cuestan, vayan cayendo plácidamente. En el k4 veo a Anna. Me saca una foto. Me gusta verla. Ver a los amigos siempre ayuda: a los que te hacen fotos, a los que corren, cuando te cruzas con en una contrarecta. Eso ayuda muchísimo. Y esta vez no es diferente. 


Ya me siento mejor, pero tengo miedo. Mi ritmo es bastante alto y no confío en poder mantenerlo hasta el final. Estoy corriendo por debajo de 4:30 y eso es una barbaridad. Nunca antes había corrido por debajo de 4:35 en una media. Aún así sigo atemorizado. Temo que me falten las fuerzas a mitad de carrera. Llegamos al paseo. Ya hemos superado la primera de las cuatro partes de la carrera. Esta vez la he dividido – mentalmente – en cuatro, otras la divido en sólo dos – calentamiento y competición – 

Un ratito más y ya estamos en el diez. El recorrido ha transcurrido por el paseo de Mataró. Es bonito y bastante largo. Me acuerdo de mi amigo Xavi, que disfruta pescando los veranos en el puerto de Mataró. En algo hay que pensar. Hay que engañar un poquito a la cabeza. Si no, la cabeza, tiende a traicionarte, te cuenta que vas muy rápido, que no llegarás, que te faltarán las fuerzas. Por tanto hay que ir pensando: mira que bonitas las calles, o este puerto es precioso, o ¿cuándo veré a Anna sacarme una foto?, o ¿en qué punto volveré a cruzarme con los míos?. Se trata de vencer – o convencer – un poquito a la mente. La mente es, a veces, pesimista y tiende a derrumbarse. En ocasiones no. En ocasiones la mente es la que te anima, la que te asegura que vas bien, que puedes, que vas a hacer marca. Pero cuando la carrera es incierta, porque no conoces el recorrido, o porque va a un ritmo que no te es natural, es esas ocasiones, hay que distraer un poquito a ese pepito grillo que lucha por derrotar la entereza de uno. Al poco me cruzo con Iñaki, lo animo. No habla. Imagino no le sobran las fuerzas. Joan y Ferrán aún no lo han cazado. Tal vez ya no lo hagan. Tal vez su estado de forma sea mejor que el de ellos. Al poco pasan Joan y Ferrán. Esta vez son ellos los que me animan a mi. Lo agradezco. Necesito su aliento. Me lo dan. Debo seguir pero voy muy fuerte – tal vez demasiado – y temo desfallecer.

Ya sólo me queda la mitad. Puedo hacerlo. He entrenado fuerte para abordar retos como el de hoy. Debo conseguirlo. Las fuerzas aún no me flaquean. El ritmo es excelente. El cuerpo aún no me pide que afloje. Encaro el mi tercer parcial – mental – de  cinco kms. Consigo mantener el ritmo. A lo último el escenario se vuelve feo y gris. La carrera discurre por una zona sin encanto, sin gente, lejos del animado centro urbano -luego me contarían, que el paso por aquella zona era obligado, pues es donde se encuentra la sede del principal patrocinador de la carrera -. Pero no es problema porque aún tengo fuerzas. En el k15 vuelvo a cruzarme con Joan y Ferrán. Parece que acabarán juntos la carrera. Me animan. Lo agradezco. 

Al poco llego al k17 y aquí es donde mi cuerpo me dice que he corrido demasiado, que he ido un tanto rápido, que me han faltado kms. de entreno. Qué desastre!. Aminoro la marcha. Pero aún quedan 4 kms. No puedo perder todo lo que he ganado. Pero mis piernas no van. De respiración voy perfecto, pero las piernas han dicho basta. Y aún queda el repecho final. Unos dicen que son un par de kms., otros que no tanto, unos que sube, y otros que es tendido, ¿a quién creo?. Los kms. van cayendo uno a uno, ahora sí, de manera penosa. ¿Lo dejo?. No, Manel, no puedes dejarlo, llevas 17 kms. en las piernas, y ya sólo te quedan 4. Baja el ritmo si es necesario, pero nada de dejarlo. ‘Pierde uno o dos minutos pero no abandones’ – eso es lo que me dice la vocecita por dentro -. Ya sólo puedo pensar en el repecho final. Si las piernas ya ahora no me van ,no quiero ni pensar en el repecho final. Paso el k19, ya sólo me quedan dos y aún no atisbo el repecho. Ya casi el 20 y el repecho no llega. Ahí está pero como mucho será de un km. La verdad es imponente. Mis piernas se quejan. Podría parar y caminar. Mis piernas me piden que pare. Pienso en parar pero me avergüenzo si quiera de pensarlo. ‘No pares, reduce el ritmo lo que haga falta pero no pares, por Dios no pares! – me sugiere mi vocecita interior -. Cómo lo explicarías después?. No puedes parar – me increpa mi vocecita interior -. Da igual si se te cae un minuto, seguro la marca será buena de todas formas – me anima mi vocecita interior -. Consigo vencer mi ‘pequeña’ crisis. Ahora mi ritmo, aunque penoso, me permitirá llegar hasta lo alto del repecho, eso sí sin opciones de maquillar el tiempo en los últimos metros. Llego arriba del todo. Ya veo el reloj de la organización, apenas quedan 200 m.. Intento aligerar el ritmo. ¡Venga Manel, un poquito más!, ¡venga Manel, tú puedes!, ¡eres un campeón, ya lo tienes! – me anima mi voz interior… o tal vez la de Anna -. Ahí está el reloj. Ya no queda demasiado. El reloj maca 1h 33 minutos y algunos segundos. ¡Corre Manel, por lo que más quieras, que no llegue al minuto 34!. Aún me queda algo de fuerzas para saludar a Anna. Llego. 1:33:33. No levanto los brazos. El tiempo ha sido extraordinario. He conseguido rebajar mi marca en más de tres minutos. Estoy super orgulloso. Ya me imagino el día: en una nube. Esto me dará alas, también para la vida. Recojo el lote y me reuno con Anna. Ella marcha a recoger el suyo. Va a simular que ha corrido. Así el darán su lote. Al poco llega Iñaki: 1:42:46, MMP, y un minuto después Joan y Ferrán con 1:44:10 y 1:44:20 respectivamente. Todos hemos hecho marca. El esfuerzo, los entrenos, todos los sacrificios, han valido la pena. Me estoy acercando a la barrera de 1h30, la que separa a los que sólo corren de los buenos. En sólo un año he conseguido rebajar en seis minutos mi marca de la media. Tal vez en 2012 ingrese en el selecto grupo de los buenos, aunque sólo tal vez. 
La respiración

La clave en esta ocasión ha sido la respiración. He progresado mucho en mi técnica de respiración. Hasta hace poco sólo respiraba por la nariz. Esto era un error. Ahora respiro por nariz y boca y oxigeno mucho mejor. 

Un día para enmarcar

El día de hoy lo guardaré en mi cajita de los días extraordinarios. Me voy a dormir satisfecho. Me cuesta mucho tener esta sensación. Y hoy lo he conseguido. En buena parte gracias al deporte. 

Xavier Bonastre

Ah!, se me olvidaba: siempre me fijo en Xavier Bonastre. Me ha ganado. Hoy me ha sacado sólo cuatro segundos. Habría pagado por pasar delante suyo. Pero no importa. Lo importante es que seguir su estela me ayuda a superarme. Gracias Xavier, sin pretenderlo y, seguro, sin saberlo, me ayudas a vencer mis límites. 

Carles Farrando

También se me olvidaba: mi compañero de trabajo, Carles Farrando, el que siempre me gana, ha terminado la carrera en 1:36:50. La semana pasada le vencí por primera vez en los 10k y ésta en los 21k. Sin él y mis ansias por superarle mi progresión habría sido, a buen seguro, mucho más lenta. Gracias también a ti Carles.


Manel
El equipo de sedentaris