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RUN AID’s Villa Glori

Septiembre. Planificamos vacaciones: Roma, una semana. Busco si hay alguna carrera. ¡Bingo! Domingo 24 de noviembre, en Villa Glori, 10km. En el marco de la lucha contra el SIDA, que se celebra el 1 de diciembre, Caritas organiza la segunda edición de esta carrera. Me encanta además que sea por una buena causa. Le pregunto a Eva si le parece bien. Sí, y le tengo que explicar cómo hacer de animadora. Genial. Miro cómo puedo inscribirme. Un tal Mario Tannoia es la persona de contacto. Súper atento y simpático desde el primer momento. Solo hay algo que tengo que solucionar antes: el certificado médico. En algunos países, como Italia y Francia, esto es obligatorio. Tras mirar centros, condiciones, etc. voy a hacerlo en la otra punta de Barcelona… y de vuelta me encuentro con Elena, me pilla casi in fraganti. Se lo enseño y, aunque no le doy muchos detalles, le pido que me guarde el secreto. El secreto empieza a ser menos secreto el último miércoles en el entreno de ProRunners; se lo digo a Xavi O. cuando él me cuenta que va a hacer la media de Tarragona.

El viernes por la tarde aprovecho para ir a trotar por la Mar Bella, a ver si tienen las camisetas, perdón, Las Camisetas…No. Vaya. Llevaba dos meses deseando poder llevarla en esta carrera.

El sábado por la mañana preparo la maleta. Dejo para equipaje de mano las zapatillas, pantalones y camiseta, no sea que me lo pierdan.
Por la tarde volamos. Cuando llegamos a Roma llueve de mala manera y ha sido la tónica todo el día. La previsión es que el día siguiente amanezca sereno. La preocupación es cómo llegar a la salida. No conocemos nada y aunque Mario me ha dicho cómo llegar, nos hemos dejado el sentido de la orientación en Barcelona. Salimos a cenar. Pasta. Buenísima. Hace un frío que pela. Volvemos al hotel. Preparamos las cosas del día siguiente. Ponemos la alarma y a dormir pronto.
Me despierta Eva. «No ha sonado la alarma». Pego un bote. «Solo cinco minutos». Menudo susto. Aún así consigo el guinness a la persona que se viste más rápido. Subimos a desayunar. Las 7:03. La sala está cerrada y nos dicen que abren a las 7, contesto diciendo que son las 7. Eva se parte. Desayuno reglamentario: tostadas con Nutella y müsli. Me comería el buffet entero, pero lo dejo para otro día.

Salimos a la calle. Hace un frío del carajo. Suerte que vamos con tiempo porque nadie sabe dónde está Villa Glori, ni transeúntes ni los cuatro conductores de bus a quien preguntamos. Para mí Villa Glori es lo segundo más conocido e importante de Roma tras el Coliseo. Pues parece que no es así. Acabamos cogiendo un taxi. Llegamos y ya se ve el ambiente runner. Preguntamos a un grupo de hombres que tienen toda la pinta de participar y nos indican por dónde se accede al parque. Me encanta. Es súper bonito. La subida asusta, pero ayuda a mantener la temperatura del cuerpo por encima del límite de hipotermia.



Una vez en la zona de salida vamos a confirmar la inscripción… y pagarla. Reyes Marco, no, en categoría maschi no. Creo que en Italia Marco no es apellido. Vaya donde vaya siempre la misma confusión. ¿Club? Sedentaris, lo escribo en un listado. Me dan el dorsal y la bolsa con regalitos, los primeros. Eva se apunta a la passeggiata. Pregunto por Mario. Anda por ahí, ocupado. Quiero saludarlo. Nos vemos. No va a correr porque tiene que ir con la moto a la cabeza de la carrera. Olvido hacerme una foto con él. Por megafonía van animando el cotarro y presentan a Sara Simeoni, madrina del evento. Preguntamos a qué horas son las salidas. Menudo lío. 9:30, 10:00, la passeggiata antes, después… Hacen fotos antes de la salida, con la campeona olímpica, y nosotras bien arropadas por los locales.


Explican cuál va a ser el recorrido. Me quedo igual porque no sé ni cuál es la calle Venzuela ni Tiziano ni nombres que ni reconozco. Cambio de opinión unas quince veces sobre si corro con música o no. Al final la cojo pero con la animación externa no oigo nada… A las 9:20 dicen que la salida es a las 9:30. Vaya. Me quito la ropa de abrigo. Ahora sí me congelo. Le doy las bolsas a Eva, que va cargada como una mula con las suyas y las mías (se pueden dejar en el guardarropía, pero no lo hacemos), dice que va bien. Versión reducida de calentamiento, dos minutos de trote y dos sprints. Me coloco en un segundo plano y al poco dan la salida. Aunque el número de corredores es muy bajo (sin duda crecerá a medida que se vaya conociendo), la salida es lenta. Después de pisar la alfombra zigzagueo para salir del mogollón y encontrar espacio y ritmo alegre. Tras 200 metros ahí estoy. 



Empezamos bien porque hace bajadita. Nos espaciamos muy rápido. Al cabo del primer kilómetro ya prácticamente vamos en fila india. Yo corro… sola, no hay nadie cerca que vaya al mismo ritmo y a quien pueda engancharme. Ya veremos, espero no perderme. Los primeros dos kilómetros me salen a unos 4:30, bien. Me alegro de haberme puesto dos camisetas y guantes. Aunque por un momento parece que voy a tener calor, en general estoy bien. La organización es perfecta. Puntos kilométricos visibles, recorrido bien señalizado, voluntarios a menudo y con especie de capa roja, imposible no verlos.

Antes del km 5 llegamos a un pequeño avituallamiento. Cojo un vaso de agua que aprovecho para tirarme por encima porque aún no he aprendido a beber así… Lo tiro en una papelera porque sobre todo hay que mantener la imagen en el extranjero. Salimos a una avenida amplia. Parece una zona de instalaciones deportivas, fútbol, golf, más fútbol… Es chulo aunque no haya animación del público, con este frío no apetece nada estar plantado en la calle. Llego al parque de Villa Glori, que rodeamos por fuera. Toca entrar. Díos mío, ¿qué es esto? Km. 9. ¡Menuda subida! Se me cae el alma a los pies. Desnivel de 20m en 200m de distancia. Casi me coge un patatús… y por primera vez camino unos 4-5 segundos, cosa que no he hecho en entrenamiento y menos en carrera. Y después de las curvitas, veo que la subida sigue, aunque no tan pronunciada. Buffff. El último kilómetro enterito en subida. No sé si ha sido una suerte o desgracia no conocer el recorrido. Aunque si hubiera puesto en marcha la neurona tendría que haberme dado cuenta de que la bajadita del principio me la tendría que encontrar en algún momento. Aprieto todo lo que puedo. Vamos, ya estás. Intento acercarme a la única mujer que veo, pero va fuerte. No lo consigo. Aún así estoy contenta, es buen tiempo: 46’29». Eva, que está esperando para hacerme una foto, dice que he llegado de las primeras mujeres. 


Vamos a buscar algo de comer y beber y la bolsa de regalitos, la segunda, que además puedes pedir que te la llenen más. Parece que aquí no hay crisis, o los sponsors son más generosos.



Nos quedamos un rato por ahí, miramos la lista de clasificados: puesto 11 de mujeres y 2 de categoría; vemos reparto de trofeos a los ganadores de la carrera.



Estoy sudada y el frío va calando. Antes de irnos quiero enseñarle los repechoncitos finales, por donde hemos entrado en el parque. Nos perdemos (ver referencias a sentido de la orientación más arriba). Un bucle. Volvemos adonde está todo el cotarro. Nos quedamos. Siguen dando premios. Parece que están en MF30. Eva dice que igual he ganado algo. Me toma el pelo. MF35. MF40. Marco Gimeno Maria de… Marco Gimeno. Miro a Eva pidiendo confirmación de que ando bien del oído. Me dice que sí y que suba. Subo a la palestra. Me parto. Nos partimos. No es MMP, pero ahora incluso parece que el tiempo haya sido mejor de lo que me parecía. Es lo que tienen las carreras pequeñas. Me dan bolsa de regalitos, la tercera. 



Nos vamos hacia el hotel. Otra vez me quedo sin foto con Mario. Los nervios.
Balance muy positivo, obvio, lástima que esté a hora y media de avión para repetir.
Gracias, Eva.

Grazie, Mario.

Reyes
El equipo de sedentaris